History of Spain
Francisco Pizarro y la conquista del Perú
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Francisco Pizarro nace en la ciudad extremeña de Trujillo, en 1478. Con veinte años se alista en los tercios españoles bajo el mando del Gran Capitán. Más tarde se marcha a las Américas donde continuará su vida castrense en la isla La Española, hoy Santo Domingo.
En 1509 bajo las órdenes de Alonso de Ojeda participa en la fundación de la ciudad de San Sebastián de Urabá, en la actual Colombia, donde será nombrado capitán y lugarteniente de la ciudad, tras la marcha de Ojeda; y en el año 1513, bajo las órdenes de Vasco Nuñez de Balboa participa en el descubrimiento del océano Pacífico.
El gran afán de Pizarro era el sur de América y así, en 1524 asociado con Diego de Almagro y el clérigo Hernando de Luque, financian con 18.000 pesos de oro, las expediciones de exploración y conquista de las tierras del sur de América, y en consecuencia, del Imperio Inca, lo que hoy día es el Perú.
Esta conquista peruana se llevó a cabo en 3 expediciones de las cuales, las 2 primeras fueron un fracaso. En la segunda de ellas, en la isla del Gallo, al sur de Colombia, cuenta la historia que ante el descontento de la tropa que quería volver a Panamá, Pizarro trazó con su espada una línea en el arena mojada de la playa y señalando hacia el sur dijo “este es el camino de las penalidades, pero por él se va a Perú, a ser ricos” y luego, señalando en dirección opuesta, dijo: “por allí se va al descanso a Panamá pero a ser pobres; escoged”. Sólo 13 hombres, conocidos como los Trece de la Fama siguieron a Pizarro y esperaron en esta isla hasta recibir refuerzos de sus socios Almagro y Luque.
Para continuar con la expedición, en 1529 Pizarro viajó a España y obtuvo del rey Carlos I, en Toledo, una capitulación. Por ella se autorizaba a Pizarro a conquistar la llamada Nueva Castilla, el nombre que se le dio al Perú, y se le nombra gobernador. Pizarro viajó a su ciudad natal de Trujillo donde, ante la buena nueva, sus hermanos, parientes y buen número de habitantes deciden enrolarse en la expedición y salen para América en cuatro barcos.
En 1531 Pizarro zarpa con unos 150 hombres desde la ciudad de Panamá hacia la desembocadura del rio Tumbe, en tierras del Imperio Inca. Allí establece la colonia de San Miguel primera fundación española en el Perú; la llegada de los españoles supuso para los incas el cumplimiento de la leyenda del retorno del dios Viracocha, pues veían a los españoles como dioses.
Al tener noticia de la muerte del emperador inca Huayna Capac y de los enfrentamientos entre sus dos hijos Atahualpa y Huáscar, Pizarro sabe aprovechar las circunstancias de descontento entre los incas y conseguir aliados de otros pueblos indígenas contrarios a la dominación de los incas.
En noviembre de 1532, Pizarro llega a la ciudad de Cajamarca, situada a unos 90 kilómetros de Lima, donde esperaba entrevistarse con el inca Atahualpa que con su gran ejército compuesto de unos 35.000 hombres, entró con gran ceremonia en la plaza de armas. Atahualpa fué requerido para convertirse al Cristianismo, renegar de sus idolatrías y someterse al poder del rey Carlos I. En realidad ambas partes tenían la intención de atacar, pero Pizarro con sus 187 hombres, 37 caballos y dos falconetes de artillería, tenía organizada una emboscada para su defensa. La sorpresa y el estruendo del ataque español provocaron el pánico entre los incas que fueron derrotados y Atahualpa fué hecho prisionero.
Para conseguir su liberación Atahualpa prometió a Pizarro habitaciones llenas de oro y plata. Los españoles aceptaron, pero mientras iba llegando el cuantioso rescate y ante el temor de un ataque de los incas, Atahualpa fue acusado de sublevación, del asesinato de su hermano Huascar y del delito de idolatría, entre otros, por lo que fué ejecutado.
Pizarro inicia así la conquista de Cuzco con el apoyo de la nobleza incaica partidaria de Huáscar, nombrando emperador a su hermanastro Manco Capac. En noviembre de 1534 Cuzco fue tomada por Pizarro sin apenas resistencia y un mes más tarde Diego de Almagro funda la ciudad de Trujillo. A principios de 1535, Pizarro funda la Ciudad de los Reyes que pasará a llamarse Lima y se convertirá en la capital del Perú ante la necesidad que tenían los españoles de un acceso al mar que no les proporcionaba Cuzco.
La conquista del Perú provocó una guerra entre españoles por el control de la ciudad de Cuzco; en la batalla de las Salinas de 1538, Diego de Almagro es derrotado y será ejecutado por los hermanos Gonzalo y Hernando Pizarro. Francisco Pizarro, conquistador del Perú, muere en 1541, en la ciudad de Lima, asesinado por los partidarios de Diego de Almagro al grito de “viva el rey, muera el tirano”. Sus restos reposan en una capilla de la catedral de Lima.
Texto elaborarado con la colaboración de Inés Pérez de Herrasti y Urquijo.
Locución: Inés Pérez de Herrasti y Urquijo.
Francisco Pizarro nace en la ciudad extremeña de Trujillo, en 1478. Con veinte años se alista en los tercios españoles bajo el mando del Gran Capitán. Más tarde se marcha a las Américas donde continuará su vida castrense en la isla La Española, hoy Santo Domingo.
En 1509 bajo las órdenes de Alonso de Ojeda participa en la fundación de la ciudad de San Sebastián de Urabá, en la actual Colombia, donde será nombrado capitán y lugarteniente de la ciudad, tras la marcha de Ojeda; y en el año 1513, bajo las órdenes de Vasco Nuñez de Balboa participa en el descubrimiento del océano Pacífico.
El gran afán de Pizarro era el sur de América y así, en 1524 asociado con Diego de Almagro y el clérigo Hernando de Luque, financian con 18.000 pesos de oro, las expediciones de exploración y conquista de las tierras del sur de América, y en consecuencia, del Imperio Inca, lo que hoy día es el Perú.
Esta conquista peruana se llevó a cabo en 3 expediciones de las cuales, las 2 primeras fueron un fracaso. En la segunda de ellas, en la isla del Gallo, al sur de Colombia, cuenta la historia que ante el descontento de la tropa que quería volver a Panamá, Pizarro trazó con su espada una línea en el arena mojada de la playa y señalando hacia el sur dijo “este es el camino de las penalidades, pero por él se va a Perú, a ser ricos” y luego, señalando en dirección opuesta, dijo: “por allí se va al descanso a Panamá pero a ser pobres; escoged”. Sólo 13 hombres, conocidos como los Trece de la Fama siguieron a Pizarro y esperaron en esta isla hasta recibir refuerzos de sus socios Almagro y Luque.
Para continuar con la expedición, en 1529 Pizarro viajó a España y obtuvo del rey Carlos I, en Toledo, una capitulación. Por ella se autorizaba a Pizarro a conquistar la llamada Nueva Castilla, el nombre que se le dio al Perú, y se le nombra gobernador. Pizarro viajó a su ciudad natal de Trujillo donde, ante la buena nueva, sus hermanos, parientes y buen número de habitantes deciden enrolarse en la expedición y salen para América en cuatro barcos.
En 1531 Pizarro zarpa con unos 150 hombres desde la ciudad de Panamá hacia la desembocadura del rio Tumbe, en tierras del Imperio Inca. Allí establece la colonia de San Miguel primera fundación española en el Perú; la llegada de los españoles supuso para los incas el cumplimiento de la leyenda del retorno del dios Viracocha, pues veían a los españoles como dioses.
Al tener noticia de la muerte del emperador inca Huayna Capac y de los enfrentamientos entre sus dos hijos Atahualpa y Huáscar, Pizarro sabe aprovechar las circunstancias de descontento entre los incas y conseguir aliados de otros pueblos indígenas contrarios a la dominación de los incas.
En noviembre de 1532, Pizarro llega a la ciudad de Cajamarca, situada a unos 90 kilómetros de Lima, donde esperaba entrevistarse con el inca Atahualpa que con su gran ejército compuesto de unos 35.000 hombres, entró con gran ceremonia en la plaza de armas. Atahualpa fué requerido para convertirse al Cristianismo, renegar de sus idolatrías y someterse al poder del rey Carlos I. En realidad ambas partes tenían la intención de atacar, pero Pizarro con sus 187 hombres, 37 caballos y dos falconetes de artillería, tenía organizada una emboscada para su defensa. La sorpresa y el estruendo del ataque español provocaron el pánico entre los incas que fueron derrotados y Atahualpa fué hecho prisionero.
Para conseguir su liberación Atahualpa prometió a Pizarro habitaciones llenas de oro y plata. Los españoles aceptaron, pero mientras iba llegando el cuantioso rescate y ante el temor de un ataque de los incas, Atahualpa fue acusado de sublevación, del asesinato de su hermano Huascar y del delito de idolatría, entre otros, por lo que fué ejecutado.
Pizarro inicia así la conquista de Cuzco con el apoyo de la nobleza incaica partidaria de Huáscar, nombrando emperador a su hermanastro Manco Capac. En noviembre de 1534 Cuzco fue tomada por Pizarro sin apenas resistencia y un mes más tarde Diego de Almagro funda la ciudad de Trujillo. A principios de 1535, Pizarro funda la Ciudad de los Reyes que pasará a llamarse Lima y se convertirá en la capital del Perú ante la necesidad que tenían los españoles de un acceso al mar que no les proporcionaba Cuzco.
La conquista del Perú provocó una guerra entre españoles por el control de la ciudad de Cuzco; en la batalla de las Salinas de 1538, Diego de Almagro es derrotado y será ejecutado por los hermanos Gonzalo y Hernando Pizarro. Francisco Pizarro, conquistador del Perú, muere en 1541, en la ciudad de Lima, asesinado por los partidarios de Diego de Almagro al grito de “viva el rey, muera el tirano”. Sus restos reposan en una capilla de la catedral de Lima.
Texto elaborarado con la colaboración de Inés Pérez de Herrasti y Urquijo.
Locución: Inés Pérez de Herrasti y Urquijo.