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History of Spain
El Greco: El pintor sin rey - Biografía y Principales Obras
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Domenikos Theotokopulos, conocido como El Greco, nació en la isla griega de Creta en el año 1541. Su vida artística se desarrolló en tres lugares importantes. El primero de ellos, Creta, donde se inició como pintor y maestro de iconos de clara influencia bizantina con obras como San Lucas pintando el icono de la Virgen, La Dormición de la Virgen y La Adoración de los Reyes Magos.

El segundo lugar será Italia. Considerado un periodo de estudio y preparación, en este país recibirá la influencia de los cánones renacentistas. Así, en Venecia conocerá la importancia de la luz y el color a través de la obra de Tiziano y Tintoretto. De esta época, tenemos el tríptico de Módena, El entierro de Cristo y La última cena.

En su estancia en Roma, estudiará la importancia del dibujo y la anatomía del personaje a través de las obras de Rafael, de Miguel Ángel y de Veronés. Se alojará en el palacio del cardenal Farnesio, donde entrará en contacto con los intelectuales de la época.

En esta ciudad, abrió su taller de pintura y contrató a Francisco Preboste que trabajará con él hasta los últimos años de su vida. De esta etapa destacan La curación del ciego, El soplón y La anunciación.

En 1577 llegará a España y, en concreto, a Toledo, donde su pintura de temática religiosa estará influenciada por las ideas de la contrarreforma. Los primeros encargos en Toledo son El expolio para la sacristía de la catedral y los Retablos de Santo Domingo el antiguo. También realizó una gran cantidad de lienzos sobre santos, obras conocidas como los apostolados.

Y una segunda línea de trabajo que son los retratos, como El caballero de la mano en el pecho, el de su hijo Jorge Manuel o el del cardenal Fernando niño de Guevara.

Para el rey Felipe II realizará dos obras, una será El martirio de San Mauricio y la legión Tebana, ejecutada al óleo sobre mantelillo veneciano, es decir, mantel de doble rombo en vez de lienzo tradicional, consiguiendo así un terminado sin costuras y, dada la forma de la puntada del mantelillo, un efecto óptico distinto al conocido. Se realizó para uno de los altares del monasterio del Escorial. La otra fue la Alegoría de la liga santa, pero no fueron del agrado del rey por lo que no consiguió ser pintor de la corte.

Afincado en Toledo definitivamente, el Greco pintará El entierro del conde de Orgaz, que escenifica el milagro por el cual San Agustín y San Esteban descendieron del Cielo para enterrar a Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de la villa de Orgaz, en premio por su caridad y vida ejemplar.

También en esta ciudad montará su taller de pintura junto a su hijo Jorge Manuel y a Preboste, lo que le permitiría llevar a cabo grandes retablos completos, alcanzando su plenitud pictórica con el alargamiento de sus figuras, su colorido y su luminosidad junto con su personal manierismo.
En 1596 le llegaron encargos como el del retablo del colegio de Doña María de Aragón en Madrid o para la capilla de San José en Toledo. La última obra emprendida por el Greco fueron los retablos de la capilla del hospital de Tavera que, tras su muerte, continuarían su hijo y otros artistas. Como obra de temática mitológica tenemos el Laocoonte y como temática paisajista su singular Vista de Toledo.