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Apóstrofe y apóstrofo
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Hay dos palabras que suenan muy parecidas, pero que no debemos confundir: #apóstrofe y #apóstrofo.

El apóstrofe es una figura retórica. Consiste en dirigirse a alguien con vehemencia, con intensidad. Encontramos un buen ejemplo de apóstrofe en el famoso tango “Adiós, muchachos”:

(1) Adiós, muchachos, compañeros de mi vida…

El yo que canta esta letra está invocando a sus amigos.

Lo más normal es que el apóstrofe esté dirigido a personas, pero nadie nos impide dirigirnos a animales o incluso a cosas. Siguiendo con los tangos, podemos poner como ejemplo este otro:

(2) Mi Buenos Aires querido,
cuando yo te vuelva a ver,
no habrá más penas ni olvido.

En este caso, la invocación se dirige a la ciudad de Buenos Aires.

Una nota gramatical: lo más normal hoy es decir “el apóstrofe”, en masculino; pero si prefieres decir “la apóstrofe” también lo puedes hacer. De hecho, el femenino es el género que le correspondería a esta palabra por su origen griego.

Y luego está el apóstrofo, que es un signo ortográfico. Lo encontramos a menudo en inglés, en francés y en otras lenguas. Es esa especie de coma alta que aparece en algunas palabras, por ejemplo, aquí:

(3) Don’t
(4) D’Artagnan

En la #ortografía del español prácticamente no se usa. Podemos encontrarlo a veces cuando nos “comemos” letras, por ejemplo para reflejar el habla coloquial en una obra literaria:

(5) Échate p’atrás.

En lugar de “Échate para atrás”.

Cualquier otro uso que intentes hacer del apóstrofo en nuestra lengua seguramente estará mal. Sin ir más lejos, estos:

(6) Las ONG’s

Es incorrecto usar apóstrofo + s para formar el plural de las siglas. En la escritura las siglas se mantienen invariables en plural, aunque después, al leer, podemos decir “las oenegés” o “las oenegé”, como prefiramos.

(7) Nos conocimos en el ‘92

Tampoco se debe utilizar apóstrofo para abreviar los números de los años. Se dejan las dos cifras finales, sin añadidos.

(8) 5’50 €

No hay que confundir el apóstrofo con la coma decimal. Son signos diferentes que tienen usos diferentes.

(9) La explosión se produjo a las 10’24

Y nunca nunca nunca… ¡nunca! hay que usar el apóstrofo como separador al escribir las horas. Lo correcto aquí (y lo que es la norma para todos los idiomas) es usar los dos puntos.

Así que recuerda: el apóstrofe es una figura retórica que consiste en dirigirse a alguien o a algo; el apóstrofo es un signo ortográfico que prácticamente no tiene uso en español, aunque sí en otras lenguas.

En este vídeo se citan dos fragmentos de tangos interpretados por Carlos Gardel: "Adiós, muchachos" y "Mi Buenos Aires querido". Los dos pertenecen al dominio público.

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