History of Spain
Qué ver en Gijón: Historia de Gijón
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Gijón, la capital de la Costa Verde y el motor económico del Principado de Asturias, es una ciudad llena de historia y de vida.
El monte Deva nos descubre hoy los vestigios de los primeros moradores, aunque es el Castro Noega el que nos traslada al primitivo Gijón con más claridad. Esta enorme planicie que termina en el mar, hoy llamada Campa de Torres, nos habla de poblamientos astures cilúrnigos, de su muralla y de construcciones redondas. También de su romanización.
Gigia, así sería conocido el asentamiento al incorporarse al Imperio Romano por la IV legión Macedónica.
En el siglo VIII, con la invasión musulmana, Asturias se convirtió en el último reducto del reino visigodo, con la figura histórica de Don Pelayo, rey de Asturias, de Oviedo y de Gijón, a la cabeza. Él tomó el testigo de la monarquía visigoda e inició la Reconquista en la batalla de Covadonga. Así comenzó el Reino de Asturias y, aunque Pelayo permaneció tiempo en Gijón, no fijó ahí su capital. Esta se fue desplazando según se ampliaba el reino, hasta llegar a Toledo.
El estilo artístico que define esta época es el prerrománico asturiano, que llegará hasta el siglo X. Su origen se encuentra en el monasterio gijonés de Santa María de Veranes, en Cenero. De él hoy solo quedan los restos arqueológicos, que nos hablan del primer testimonio de la presencia del cristianismo en Asturias.
De Gijón partieron personajes tan ilustres como el Conde Diego Rodríguez Poncellos, fundador de Burgos en el año 884.
Y casi diez siglos después, nacía Gaspar Melchor de Jovellanos, uno de los grandes protagonistas de la Ilustración en España. Su compromiso con Gijón tuvo mucho impacto: fundó el Real Instituto de Náutica y Mineralogía con la idea de potenciar la industrialización y la comunicación de la zona con la meseta, y apoyó con entusiasmo la creación del puerto de Gijón, El Musel.
Pasear por Cimadevilla, el antiguo barrio de pescadores, es una experiencia que une el pasado de Gijón y su enorme vitalidad actual.
Junto al mar está la Iglesia de San Pedro, de origen gótico, y reconstruida tras la Guerra Civil con influencias del prerrománico asturiano y románico. Cerca, en la plaza del Marqués, frente al puerto deportivo y la estatua de Don Pelayo, se alza el Palacio de Revillagigedo, hoy sala de exposiciones artísticas. Anexa, se encuentra la Colegiata de San Juan Bautista, del mismo estilo y también del siglo XVIII.
Alejado del centro, es imprescindible visitar la Universidad Laboral, el edificio más grande de España. Llegó a contar con más de 3000 estudiantes, y sufrió el abandono en la década de los 80 del siglo pasado. La apuesta de Gijón por el conocimiento y la innovación ha hecho que este gran espacio hoy en día renazca con múltiples iniciativas culturales, formativas y empresariales. Una apuesta similar a la que realizó la ciudad para crear el Jardín Botánico Atlántico, inaugurado en 2003 y que alberga más de 3000 especies organizadas en cuatro entornos naturales.
Gijón es mucho más que su historia. Cuenta con un presente muy atractivo y un enorme futuro hacia delante. ¡Hay que conocerlo!
El monte Deva nos descubre hoy los vestigios de los primeros moradores, aunque es el Castro Noega el que nos traslada al primitivo Gijón con más claridad. Esta enorme planicie que termina en el mar, hoy llamada Campa de Torres, nos habla de poblamientos astures cilúrnigos, de su muralla y de construcciones redondas. También de su romanización.
Gigia, así sería conocido el asentamiento al incorporarse al Imperio Romano por la IV legión Macedónica.
En el siglo VIII, con la invasión musulmana, Asturias se convirtió en el último reducto del reino visigodo, con la figura histórica de Don Pelayo, rey de Asturias, de Oviedo y de Gijón, a la cabeza. Él tomó el testigo de la monarquía visigoda e inició la Reconquista en la batalla de Covadonga. Así comenzó el Reino de Asturias y, aunque Pelayo permaneció tiempo en Gijón, no fijó ahí su capital. Esta se fue desplazando según se ampliaba el reino, hasta llegar a Toledo.
El estilo artístico que define esta época es el prerrománico asturiano, que llegará hasta el siglo X. Su origen se encuentra en el monasterio gijonés de Santa María de Veranes, en Cenero. De él hoy solo quedan los restos arqueológicos, que nos hablan del primer testimonio de la presencia del cristianismo en Asturias.
De Gijón partieron personajes tan ilustres como el Conde Diego Rodríguez Poncellos, fundador de Burgos en el año 884.
Y casi diez siglos después, nacía Gaspar Melchor de Jovellanos, uno de los grandes protagonistas de la Ilustración en España. Su compromiso con Gijón tuvo mucho impacto: fundó el Real Instituto de Náutica y Mineralogía con la idea de potenciar la industrialización y la comunicación de la zona con la meseta, y apoyó con entusiasmo la creación del puerto de Gijón, El Musel.
Pasear por Cimadevilla, el antiguo barrio de pescadores, es una experiencia que une el pasado de Gijón y su enorme vitalidad actual.
Junto al mar está la Iglesia de San Pedro, de origen gótico, y reconstruida tras la Guerra Civil con influencias del prerrománico asturiano y románico. Cerca, en la plaza del Marqués, frente al puerto deportivo y la estatua de Don Pelayo, se alza el Palacio de Revillagigedo, hoy sala de exposiciones artísticas. Anexa, se encuentra la Colegiata de San Juan Bautista, del mismo estilo y también del siglo XVIII.
Alejado del centro, es imprescindible visitar la Universidad Laboral, el edificio más grande de España. Llegó a contar con más de 3000 estudiantes, y sufrió el abandono en la década de los 80 del siglo pasado. La apuesta de Gijón por el conocimiento y la innovación ha hecho que este gran espacio hoy en día renazca con múltiples iniciativas culturales, formativas y empresariales. Una apuesta similar a la que realizó la ciudad para crear el Jardín Botánico Atlántico, inaugurado en 2003 y que alberga más de 3000 especies organizadas en cuatro entornos naturales.
Gijón es mucho más que su historia. Cuenta con un presente muy atractivo y un enorme futuro hacia delante. ¡Hay que conocerlo!