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History of Spain
Qué ver en Sevilla: Historia de Sevilla
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La historia de la ciudad de Sevilla se remonta a la Edad Antigua, cuando los pueblos nativos la nombraron como Ispal.

En ella se cruzaron influencias turdetanas, fenicias y tartésicas, conservándose de esta época el tesoro del Carambolo.

En el 206 antes de cristo, Escipión el africano, fundó Itálica en la actual localidad cercana de Santiponce, donde llegaron a nacer importantes emperadores romanos como Trajano y Adriano.

Y fue el propio Julio Cesar quien fundó la Colonia Julia Romula Hispalis, latinizando el nombre indígena de Ispal.

Su río, que había sido llamado Tharsis por el pueblo Tarteso y Betsi por los Fenicios, pasó a tener el nombre de río Betis durante la época romana.
El cristianismo llego pronto a la ciudad y en el siglo tres fueron martirizadas las hermanas santas Justa y Rufina, patronas de la ciudad.
Pero durante el siglo quinto la ciudad fue sucesivamente tomada por los vándalos, los suevos y finalmente los visigodos que la controlarían hasta el 711, cuando cayó bajo el dominio musulmán.

El nombre de la ciudad fue arabizado como Isbiliya y el rio Betis paso a llamarse Guadalquivir que quiere decir “río grande” y cuyo nombre se ha mantenido hasta la actualidad.

Isbiliya, que llegó a ser capital de uno de los reinos de Taifas, en 1151 fue absorbida por el imperio almohade.

En esta época se construyeron la Giralda y el Alcázar.

En 1220 se empezó a construir la Torre del Oro al margen izquierdo del río Guadalquivir.

En 1248, las tropas cristianas del rey Fernando tercero el Santo entran en la ciudad incorporando Sevilla a la corona de Castilla.

El descubrimiento del nuevo mundo convirtió a Sevilla en el puerto europeo de salida hacia América, haciendo de ella una ciudad cosmopolita y universal.

El siglo dieciséis fue una época de gran esplendor: se termina la catedral, el Nuevo ayuntamiento, la iglesia del Salvador y los palacios de Casa Pilatos y el de Las Dueñas.

Además, el siglo de Oro sevillano contó con la presencia de grandes escritores como Miguel de Cervantes y Lope de Vega.

En 1649 la peste devastó la ciudad cayendo en decadencia, aunque su pintura barroca destaca gracias a Murillo, Zurbarán y Valdés Leal.

En la Sevilla del romanticismo nació Gustavo Adolfo Bécquer, que coincide con una revitalización de la ciudad que culmina en el siglo veinte.
Dos grandes eventos, la Exposición Iberoamericana en 1929 (cuyo edificio más importante fue la Plaza de España) y la Exposición Universal de Sevilla en 1992, le dieron una nueva configuración urbanística mejorando sus infraestructuras, entre las que destaca el acceso ferroviario del AVE a la estación de Santa Justa consolidando a Sevilla como la ciudad moderna
que es hoy en día.

Pero Sevilla además es famosa por la intensidad de la Semana Santa, la tradición y diversión de su feria de abril, las tapas y el pescaíto frito y el arte de sus gentes.