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History of Spain
León: ciudad de reyes y cruce de caminos
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La ciudad de León, fue fundada en el año 29 a.C, como un campamento militar de la legión romana, con el fin de proteger las rutas hacia el noroeste de la península, donde se encontraban importantes yacimientos de oro.

Este campamento se convirtió en asentamiento permanente con la implantación de la Legio VII Gemina, de donde proviene el nombre de León y que permaneció hasta principios del siglo V apoyando a las provincias romanas en Hispania.

Tras el período romano, la ciudad formó parte del Reino Suevo y posteriormente del Visigodo. A principios del siglo VII, León fué conquistada por los musulmanes, siendo recuperada en el año 754 por el rey Alfonso I de Asturias.

En el año 910, el rey Ordoño II, la convierte en la capital del reino Leonés y participa activamente en la Reconquista contra los musulmanes. Llega a ser uno de los reinos fundamentales en la configuración del futuro Reino de España.

En el año 1118, bajo el reinado de Alfonso IX de León, la ciudad albergó las primeras Cortes;, de estas se conservan las actas que reflejan un nuevo modelo de gobierno, en el que el pueblo participa en las decisiones junto con el rey, la iglesia y la nobleza, a través de los representantes elegidos en las ciudades que entonces formaban parte del Reino de León: León, Astorga, Avilés, Ciudad Rodrigo, Oviedo, Salamanca, Toro o Zamora.

De este Reino Leonés, surgen los condados de Castilla y Portugal que, con el tiempo, se convertirán en reinos independientes. Desde el año 1217, los reinos de Castilla y León, se integran en la misma corona, el reino de Castilla.

León conserva un rico patrimonio histórico. De sus orígenes tenemos la muralla romana que en época medieval fue completada por los reyes Alfonso V de León y Alfonso XI de Castilla.
El panteón de los Reyes de León, conocido como la capilla Sixtina del románico, se encuentra cobijado en la Real Colegiata de San Isidoro.

Es digna de mencionar también la catedral de Santa María de Regla de estilo gótico, conocida como “la Pulchra Leonina (calificativo latino que significa “la bella leonesa”). Cuenta con más de 700 vistosas y coloridas vidrieras y rosetones que crean un maravilloso espectáculo de luz y color en su interior y visión única del exterior. Por ello, se dice que tiene los muros “de cristal”.

De la época renacentista, tenemos el Hostal de San Marcos, con su claustro y la fachada que es de estilo Plateresco, construido gracias a una donación del rey Fernando el Católico. En este convento estuvo preso durante cuatro años el poeta Francisco de Quevedo. Hoy en día, alberga un Parador de Turismo.

Ya en épocas más recientes destacan, La Casa Botines, un bello edificio construido a finales del siglo XIX por el arquitecto Antonio Gaudí, de estilo neogótico con influencias modernistas, y el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) del siglo XXI con su fachada principal que consiste en un mosaico de cristales de 40 colores, obtenidos a partir de la digitalización de una de las principales vidrieras de la Catedral de León.

Por León transcurre el Camino de Santiago, y en su provincia pueden visitarse Astorga con su Catedral y el Palacio Episcopal obra de Gaudí, Ponferrada, capital del Bierzo, con su castillo-fortaleza de los Templarios y también Villafranca del Bierzo, Molinaseca, Sahagun, Peñalba de Santiago o Castrillo de Polvazares.

Si el viajero lo que busca es naturaleza y paisajes, debe visitar las Médulas, la mina de oro a cielo abierto más importante del Imperio Romano; la Sierra de los Ancares, donde se han conservado por su aislamiento costumbres ancestrales como la palloza, el embalse de Riaño con los llamados “Fiordos Leoneses” o los valles de la comarca de Babia, donde se retiraban a descansar los Reyes de León, lo que dio lugar a la expresión “estar en Babia”.

Un buen punto de partida para probar la gastronomía leonesa es el “barrio húmedo”, situado en tono a la Plaza Mayor, donde se puede probar la cecina (carne de vacuno o equino curada) o la morcilla de León (elaborada solamente con sangre de cerdo y cebolla). Otros platos típicos leoneses son el Botillo del Bierzo (un guiso de carne de cerdo), el Cocido Maragato (que se toma al revés: primero la carne, luego los garbanzos y al final la sopa) o los puerros de Sahagún. Entre los dulces, los mantecados de Astorga y los Nicanores de hojaldre de Boñar. Todo ello acompañado de los vinos con Denominación de Origen “el Bierzo” y “Tierra de León”.

Documentado por: Olegario Llamazares García-Lomas